En la enseñanza “usar” las TIC no es lo mismo que incluir TIC

Fuente imagen: Flickr

Hace rato que vengo hablando de estos temas en mis escritos, en mis clases, con mis colegas. Con la excusa de que tenemos que empezar de a poco a incluir las TIC, que tiene que ser gradual el cambio, se ha instalado con mucha fuerza lo que denomino el enfoque instrumentalista ó aplicacionista que postula el uso de las TIC en el aula como meras herramientas o acaso recursos que acompañan con suerte el desarrollo del aprendizaje o la enseñanza según se plantee.

En este punto, los materiales que se producen para apoyo de los docentes no logran dar en la tecla con una visión superadora.

Mucho se ha hablado acerca de constituirse en consumidores ó productores de las TIC. Enseñar a usar aplicaciones claramente posiciona que sean consumidores. Como siempre digo, para enseñar a usar programas nada mejor que un buen tutorial, y los docentes no somos “tutoriales vivientes”, pero además difícilmente podamos competir con todo lo que ofrece un tutorial bien hecho.

Siempre promoví y apoyé las iniciativas desde programas del Estado y los portales educativos para generar materiales de apoyo al trabajo de los docentes, en donde se piense en sus prácticas reales de aula y no en discursos teóricos vacíos que no poseen ningún correlato con lo que pasa en el día a día. En ese sentido, felicito que existan este tipo de producciones. Sin embargo, creo que aún no se logra encontrar el rumbo y se termina cayendo frecuentemente en “manuales de aplicaciones”, que de hecho son bastante aburridos frente a un buen video tutorial y producen el efecto contrario: alejar a los destinatarios de su uso.

Voy a dar ejemplos concretos para que se entienda, y ya sé que muchos opinarán en contrario, pero al menos dejemos un espacio abierto para el debate que nos permita analizar la coherencia entre los discursos y las prácticas.

Primer ejemplo: “Ebook” Lengua y Literatura. Orientaciones para la enseñanza. Conectar Igualdad. (me pregunto si por sólo estar en un pdf lo es… pequeña/gran confusión que en el área de Lengua cobra otro sentido).

Lo primero que quiero aclarar, es que muchas se convoca a excelentes especialistas en contenidos de un área determinada pero la interacción que se produce con quienes aportan desde el campo de las TIC es lo que suele producir la visión “aplicacionista”: cuando las TIC se piensan como un “agregado” a las áreas y no incluidas desde el inicio de un proyecto didáctico, se suele caer en este problema.[1]

En este material que referencio se abordan varios ejes de contenidos (lo que es muy positivo porque las TIC no deberían ser algo aparte sino articuladas a la enseñanza de los contenidos curriculares) y se desarrollan posibles secuencias, dentro de las cuales aparecen por ejemplo el uso del procesador de texto en la corrección de ortografía, propuesto en este caso a través del Word. Se muestran capturas de pantallas para enseñar cómo usarlo, en donde de algún modo se “mezcla” la forma propia de un tutorial con la de un material didáctico, y se van proponiendo actividades en acuerdo con las funciones que ofrece ese programa.

El problema que aquí se genera es cómo es posible transferir lo aprendido a otras situaciones si se aprende a usar sólo un programa determinado. Esto suele producir gran inseguridad en los usuarios y ante los cambios de versiones o de aplicaciones se termina “anulando” lo aprendido.

Las herramientas van cambiando de forma vertiginosa: podemos encontrar cantidad de aplicaciones que pueden responder a las mismas actividades que nos proponemos generar. ¿Debe enseñarse a usar una en particular? ¿En base a qué se toma esa decisión?

Claramente lo ideal sería poder enseñar qué tienen en común las aplicaciones a las que se hace referencia: qué es y qué ofrece para la enseñanza y el aprendizaje una simulación; un capturador de imágenes; un editor de video; un procesador de texto o cualquier otra variedad resulta ser lo verdaderamente relevante. Todo lo que se incluya en un material sobre uso de una aplicación determinada está condenado a ser efímero. Y hoy contamos con tutoriales de todas las apps disponibles apenas salen.

Un punto aparte lo merece el tema del uso de programas con licencia paga ó de uso libre y gratuito: enseñar a usar un determinado software que exige actualizaciones que deben pagarse es poner al que aprende en una rara situación de consumo permanente.

Segundo ejemplo: Webquest: Cuyo sí. Portal Educ.ar

¿Sirven las secuencias didácticas “prearmadas”?

Puede que a algunos docentes estos materiales les resulten de interés y tentadoras para usar. Sobre todo si responden a la lógica de poder aplicar de manera directa a cualquier grupo. ¿Pero está bien enseñar algo que otros pensaron sin contextualizar?. Y ahí es donde entramos en el otro problema fundamental: la proliferación de “secuencias didácticas” para implementar en todo momento o lugar ponen el énfasis en contenidos y herramientas pero no en el aprendizaje real de los chicos. No puedo dejar de ver en ellas un resabio “tecnocrático” propio de una concepción en donde hay unos que piensan (los “especialistas”) y otros que ejecutan (los docentes). Y claramente es hora de plantear este tema y entender que construir buenos modelos en base a prácticas reales no es lo mismo que modelizar desde el escritorio de un organismo.

En el caso de este ejemplo que tomamos, se consigna una gran cantidad de sitios a utilizar para que los alumnos naveguen. La búsqueda e identificación de los sitios responde a los intereses y visión de quien ha creado la secuencia didáctica y están sujetos a perder validez o simplemente a dejar de estar en línea como de hecho sucede con algunos de los enlaces que allí aparecen consignados. Esta información también resulta “efímera” y a veces de dudosa confiabilidad. La información no debería sería el eje sino la construcción del conocimiento. Para poder lograr la comprensión necesariamente los estudiantes tienen que encarar algún proceso de análisis crítico y producción propia.

Las secuencias didácticas difícilmente logren constituirse sólo en modelos, porque tal como se presentan vienen “listas para el consumo”. Es decir que aquí tendríamos en la cadena dos tipos de consumidores: los docentes que las aplican tal como vienen en documentos y sitios que las proponen y los alumnos con las que las usan.

En ambos ejemplos podemos ver cómo se plasma esta visión aplicacionista que mencionaba, teniendo como consecuencia principal el altísimo costo que representa para poder cambiar y mejorar las prácticas. Es como si en lo referido a las TIC sólo se produjera un “efecto de maquillaje”, a través del cual sólo se llega a formar usuarios y realizar producciones “vistosas”, pero que escasamente van más allá de eso.

Me parece que nos debemos una profunda reflexión sobre este tema. Una cosa es promover comunidades a donde se compartan experiencias y buenas prácticas que puedan resultar “modelizadoras” o inspiradoras de otras, y bien diferente resulta pensar en “recetas con TIC para aplicar en el aula”.

No deberíamos perder de vista que el objetivo central debería ser que docentes y estudiantes puedan constituirse en productores de nuevos contenidos y no meros consumidores, y para ello será necesario desarrollar proyectos a donde no se trate de ejecutar programas sino de crear apelando a todo lo que las TIC nos ofrecen para hacerlo de la mejor manera posible. Y en ese punto, indudablemente tienen muchísimo para ofrecernos.

[1] Creo que gran parte de esta confusión se la debemos al “modelo TPACK”, que profundizó la escisión entre los planteos didácticos y tecnológicos desde su visión tecnicista, y que gran parte de los colegas adoptaron sin cuestionamiento alguno. En otra ocasión me propongo ahondar en las críticas que tengo hacia esta metodología de trabajo.

20 comentarios

  1. Buen análisis, creo que el cambio de paradigma se resiste en algunas áreas de la Educación, porque es necesario con el cambio de modelo pedagógico que organismos como el Gobierno de cada país debe implementar. Decimos aprender con TICS o incluir las TICS pero al mismo tiempo se prohíbe el uso de equipos móviles en el aula o peor aún docentes con miedo a usarlos.

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  2. Muy buena reflexión muchas veces se cae en un recetismo TIC que limita a los docentes y anula la capacidad de reflexionar sobre el para que usamos tal o cual herramienta. Es el docente que debe tener la motivación necesaria para buscar la herramienta en función de su necesidad didáctica y pedagógica. Los paso a paso , tutoriales etc abundan y como bien se afirma no tiene demasiado sentido su elaboración minuciosa cuando como contrapartida no buscamos la reflexión necesaria sobre el para que de su uso .

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    • Gracias Claudio!
      Me dejaste pensando con el tema de la motivación de los docentes… ¿cómo lograr que se motiven con la tecnología?. En muchos casos desean tenerla lo más lejos posible. Es todo un desafío conseguir acercar a los colegas a las TIC!
      Un abrazo,
      Débora

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  3. Leyendo lo que escribiste me vienen a la memoria algunos cuestionamientos de mis estudiantes del profesorado cuando les propongo hacer tal o cual tarea y me reclaman que no les explico «la parte técnica» del uso del programa.
    Por ejemplo, trabajamos sobre la elaboración de un «Guión argumental» para presentar un tema, discutimos sobre los recortes de contenidos, el uso apropiado de las imágenes el aprovechamiento del material y en la discusión siempre surge el reclamo de que no les enseño a usar PowerPoint.
    Parece que es más importante invertir dos clases o más en enseñar algo que pueden encontrar millones de veces en Internet, con mejores recursos y seguramente mejor explicado.

    En lo que refiere a las Webquest ésta es una de las herramientas que deben aprender a desarrollar pero deben crear una propia a partir de un tema que hayan elegido, no pueden hacer una «presentación académica» del tema en su lugar deben elaborar un caso de investigación y el recurso me resulta de gran utilidad para enseñarles a reformular las preguntas que siempre hacen y que pueden ser respondidas de manera directa. De esta manera pretendo brindarles la posibilidad de que aprendan a superar el «copiar y pegar» del que acusan a los estudiantes.
    Es cierto que la información no puede ser el eje en la construcción del conocimiento pero para poder construir es necesario que puedan leer de manera crítica y por sobre todo que puedan analizar la información, por eso en la consigna de trabajo las preguntas que elaboren requieran de la lectura de varios sitios, esto implica cientos de idas y vueltas hasta que mis estudiantes comienzan a comprender que el problema muchas veces se origina en la manera en que el docente lleva a cabo sus tareas.

    Respecto de los «productos cerrados» ensayamos con algunos programas de simulación sólo para que puedan evaluar cuáles son las limitaciones que presentan y de esa manera puedan concluir que no hay nada como algo de producción propia, es lo mismo que sucede en una casa, no hay como la comida casera con los condimentos precisos y en el punto que nos gusta.

    Desde mis clases trato de evitar el aplicacionismo. La creatividad se ejercita desde diversos lugar, pensar nuevas preguntas, nuevas formas de aplicar programas que están al alcance de la mano sin pagar y como no podía ser de otra manera la primer «exigencia» es que la evaluación debe ser coincidente con las prácticas que han desarrollado por lo que tienen que pensar estrategias de evaluación diferentes a las que están acostumbrados. Los resultados suelen ser gratos e interesantes.

    Muy buen escrito Debora, ojalá promueva la reflexión de los colegas.

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  4. Hola, soy estudiante de un profesorado y actualmente curso una materia donde se intenta lo que usted llama «incluir TIC». Creo que desde nuestro lugar de (futuros) docentes es indispensable conocer y saber trabajar con las TIC ; sobre todo en la sociedad que vivimos. No es tarea fácil y se agudiza cuando en tu experiencia escolar no pudiste vivirlo.

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    • Coincido Yanina, de hecho dicto esa materia en el Profesorado. El problema es cuando se considera que incluirlas es «usar» apps. Es un gran desafío aprender a hacerlo de una forma diferente.
      ¡Gracias por tu comentario!
      Débora

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  5. Hola, Buen Día. Me parece interesante siempre poder reflexionar, en este caso la inclusión de las TIC resulta tarea difícil, soy estudiante de profesorado y mi mayor conflicto es considerarlas como un recurso muy amplio que no me permite encontrar un «lenguaje común». Es decir, la relación que cada persona tiene con el recurso es unica, unos nunca lo utilizaron y otros lo utilizan siempre para lo mismo, sin experimentar ni tratar de conocer otras aplicaciones. Entonces me pregunto ¿como incluir algo que se desconoce o conoce poco?, Y me incluyo en el conocer poco.
    La falta de creatividad colabora con la no inclusión de las TIC, es mucho mas sencillo ser consumidor que creador.

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    • Hola Denise,
      Me parece que das en la tecla con tu frase final porque es verdad que ser consumidor resulta más sencillo. El problema es que cuando educamos tenemos que tener presente que el enseñar debe orientarse a brindar al que aprende la posibilidad de acceder a nuevos conocimientos por sí sólo, es decir ayudarlo a ser autónomo. Para ello es necesario tener criterios, reflexionar, analizar; y cuando somos meros consumidores no logramos desarrollar todo esto.
      Por otro lado, es tan vertiginosa la llegada de nuevas herramientas y aplicaciones que nos tomaría la vida entera conocerlas: basta con saber para qué la necesito, qué me aporta para el aprendizaje y conocer algunas opciones para poder elegir la que mejor se ajusta a mis necesidades.
      Uno de los casos más interesantes para entender esto es el del pasaje de Windows a Linux: hay personas que sienten que colapsan atravesando esta experiencia, porque siempre se enfrentaron a un mismo entorno y los llevó a aprenderse una secuencia de pasos que no quieren re-aprender. Sin embargo, cuando vemos a los niños pasar de un sistema operativo a otro, tienen mayor capacidad de experimentar sin frustrarse tan rápidamente pero -a pesar de ello- sus docentes continúan enseñando en su mayoría desde lo único que ellos conocen.
      Nos debemos este salto de consumidores a creadores que será, sin dudas, el gran paso que nos falta para mejorar en la inclusión de TIC.
      ¡Gracias por sumar tus ideas!
      Débora

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